El final de una estación --- 28.08.2010 La gente me contradice, no lo quieren admitir. Acuden al calendario y se aferran a la fecha como a un clavo ardiendo. "¡Todavía estamos en Agosto!" - me dicen. "Sí, pero estamos en Noruega" - les contesto. La gente ha vuelto de las vacaciones y con ella vuelven los atascos y la rutina. Los niños han vuelto al colegio y el ciclo solar ha vuelto a completar una vuelta. Las palabras clave son vuelta, volver.
Mientras gran parte de mis lectores busca refugio de las inclemencias del calor bajo el aire acondicionado, un ventilador o la playa, aquí estamos a 10ºC, llueve y las hojas de los árboles empiezan a caer con este viento tan característico... o sea, que estamos en otoño. Vuelta a empezar.
Hay que aprovechar estos días para salir al bosque a por bayas y a por setas. Las bayas más comunes ahora son las llamadas blåbær (bayas azules, arándanos). Las setas de temporada son las kantarell, fáciles de reconocer y de agradable saborcito. Existe una "falsa kantarell", que seguro más de uno ha confundido con la auténtica, pero no es venenosa. Simplemente, al menos eso dicen, no está buena.
En los lugares de paso y sitios más concurridos ya no quedan ni arándanos ni kantarell, pero si uno sabe perderse por el bosque todavía es posible llevarse a casa un pequeño tesoro gastronómico.
Un concierto al aire libre --- 22.08.2010 El viernes la orquesta filarmónica de Oslo y su coro interpretaron detrás del ayuntamiento la maravillosa 9ª sinfonía de Beethoven, al aire libre. Bueno, los intérpretes se encontraban resguardados en una carpa que hizo bien su papel y les protegió de las 4 gotas que cayeron durante el concierto. Aquí tenéis la última parte del último movimiento de la sinfonía (el final del himno de la alegría):
De cerca --- 17.08.2010 Después de unos agradables -aunque agotadores- días en la montaña, nada mejor que volver a la comodidad del sofá. Casualidades de la vida, el SOL continuó luciendo algunos días sin que ninguna nube se interpusiera en su camino, por lo que yo en lugar de hacer mis siestecitas estivales en el sofá las hice en el jardín.
En cuanto uno deja de pensar en las cotidianas tareas del día y presta atención a su alrededor, puede ver escenas como las de estas fotografías. Ya se que estas fotografías vistas desde latitudes más sureñas no tienen la espectacularidad de las fotos que hice en la montaña. Pero creedme que cuando uno vive aquí, el punto de vista cambia.
En ocasiones pienso que, debido a las estaciones, vivir en Noruega es como vivir en dos paises distintos. El frío invierno transforma el país, trae consigo tranquilidad, nieve, estrellas, oscuridad, esquí...
El verano, como cara opuesta de la misma moneda, nos brinda colores, movimiento, sonidos (cantos de pájaros, insectos), luz... y siestas en el jardín :-) Ese mismo campo estaba hace 6 meses cubierto por medio metro de nieve y hoy es un bonito jardín lleno de vida. Los bichos van y vienen recolectando comida y almacenándola para los meses de escasez venideros.
Estos cambios estacionales tan bruscos han influido, por descontado, en la manera que tienen los noruegos de ver las cosas. Por ejemplo, ¿cómo se dice mariposa en noruego? Sommerfugl, que significa literalmente "pájaro de verano".
Algún curioso lector me pregunta por las babosas. Después del invierno y después de aquel artículo, la pregunta es ¿volvieron las babosas? No tengo un claro ganador. Siempre quedará alguna, no creo que desaparezcan del país. Aunque es verdad que no se ven tantas como el año pasado (era exagerado). No creo el frío haya sido la única causa. Estoy seguro de que las "cazerías" organizadas por la kommune han tenido algo que ver.