¿Qué es una aurora?
En la caliente superficie del SOL existen campos magnéticos muy
potentes. Desde La Tierra vemos los efectos de esos campos como manchas
solares. Esos campos se retuercen (como una goma de pelo) y al final se
rompen. La rotura -una explosión denominada
eyección de masa coronal- lanza al espacio esos "restos
magnéticos", el llamado plasma solar.
Muchas veces los restos no llegan a nuestro planeta. Pensemos -por
ejemplo- que también hay explosiones en la cara trasera del SOL que no
vemos.
Eso sí, cuando los restos llegan nuestro campo magnético (la
magnetosfera; a unos 100 km de altura) hace de escudo. En algunos
lugares esa materia atraviesa nuestro escudo y reacciona con nuestra
atmósfera, dicha reacción es una aurora boreal.
La aurora es luz (radiación visible)
que emana cuando el material lanzado por el SOL atraviesa
nuestra magnetosfera y reacciona con la atmósfera.
Cuando la aurora ocurre en el hemisferio norte se denomina aurora
boreal, cuando ocurre en el hemisferio sur se denomina aurora
austral.
El fenómeno ha llamado la atención de la humanidad desde el principio de
los tiempos, pero no comenzó a estudiarse científicamente hasta 1899. El
autor de esos primeros estudios no fue otro que el gran Kristian
Birkeland.
A continuación un vídeo de la mejor y más completa explicación de la
aurora boreal que he visto hasta el momento. Aunque está en noruego, es
bastante gráfica y se puede entender:
La presencia de una aurora depende -pues- del SOL. Así que -en
principio- da igual qué época del año sea. Yo he visto auroras en agosto
desde Oslo.
¿Por qué digo en principio?
Pues porque en verano hay demasiada luz. No conviene
venir en verano porque el SOL no se pone en el norte. No hay que olvidar
que La Tierra se mueve en el espacio como una peonza y su eje oscila.
Por eso tenemos estaciones del año :-)
Las fechas más cercanas al solsticio de invierno (23 de diciembre) son
las mejores porque los días son más cortos. En latitudes superiores al
círculo polar ártico el SOL no sale en invierno. En esas mismas
latitudes el SOL no se pone en verano.
De todo esto aprendemos varias cosas. Para que veamos una aurora se
tienen que dar las siguientes condiciones:
Debe
haber ocurrido una explosión de plasma (CME) en el SOL.
La
explosión debe apuntar a nuestro planeta.
No
debe haber nubes. La aurora ocurre a unos 100km de
altura. Si aparecen nubes (están a unos 8km de altura)
es probable que nos tapen la vista.
Tiene
que ser en una fecha en la que haya oscuridad. Hay
auroras todo el año, pero si hay SOL no veremos nada.
Color de las auroras
El color de las auroras depende de la altura a la que se produzca el
contacto del plasma con la atmósfera y del elemento que entre en
contacto con el plasma.
El color más normal es el verde.
Actividad solar
La actividad magnética en la superficie del SOL no es constante. Desde
1755 se registra el número de manchas solares. Existen periodos con
muchas manchas (máximos) y periodos con pocas (mínimos) en los que suele
haber menos auroras y suelen ser menos espectaculares.
La clave está en la palabra suelen, esto no son matemáticas y
a veces el SOL nos sorprende: en diciembre de 2015 -en un mínimo- hubo
una espectacular aurora que pudo verse desde Oslo.
El periodo comprendido entre dos mínimos se denomina ciclo
solar.
Los ciclos solares tienen una duración aproximada de 11 años.
2016 forma parte del final del ciclo 24, o sea, un mínimo.
Representación gráfica de los últimos ciclos solares:
La intensidad de las auroras se mide mediante el índice Kp.
La escala va de 0 (poco movimiento en la magnetosfera) hasta 10 (caos y
destrucción, supongo). A su vez las tormentas geomagnéticas se miden
mediante el índice G, cuanto más alto el número, mayor
es la tormenta. Esta es la relación entre ambos índices:
G1 = Kp5
G2 = Kp6
G3 = Kp7
G4 = Kp8
G5 = Kp9
Es importante conocer la equivalencia porque es posible encontrarse
tanto una unidad (G) como la otra (Kp) al consultar el estado
de la magnetosfera. El índice Kp nos permite estimar hasta
que latitud será posible observar la aurora. Es una aproximación,
pero funciona bastante bien:
El campo magnético de La Tierra no es uniforme, se mueve al igual que el
aire o el agua del planeta debido a la rotación planetaria. El viento
solar contribuye también al movimiento de la magnetosfera.
Debido a esta falta de uniformidad es posible que haya una aurora
fuerte, pero que desde nuestra posición no se observe nada. Para estimar
la visibilidad se necesita conocer el estado
del óvalo, es decir, qué parte de la atmósfera reacciona al
choque del plasma solar.
Una vez comprendida la explicación resulta obvio que no existe una hora
preferida por la aurora, ni época del año predilecta. Todo
depende del SOL.
Algunos artículos que he escrito sobre auroras:
¡Por fin!
(La primera vez que vi una aurora boreal).
Un efecto indeseable de las tormentas magnéticas es que causan daños en
la electrónica y entorpecen
las comunicaciones. Por eso hay una red de satélites (SOHO)
orbitando el SOL que vigilan constantemente lo que pasa. Esos datos son
enviados a centros de Alaska y Svalbard (Noruega) donde hay gente 24h
atendiendo.
Cuando hay auroras fuertes lo normal es que se apaguen los satélites y
que los astronautas cancelen sus paseos por el espacio.
En Oslo las auroras se mueven despacio y suelen aparecer muy cerca del
horizonte.
En el círculo polar ártico las auroras aparecen en lo alto, como si
cayeran del cielo o como si alguien bajara el telón de un teatro o
moviera una cortina. Además su movimiento puede ser muy rápido.
Información sobre la salida y la puesta de SOL
Ver las auroras
Vale... ahora que os he puesto los dientes largos, todos tenéis ganas de ver una aurora boreal. Bueno, esta parte es fácil:
Pero los más exigentes querrán ver lo que está ocurriendo ahora.
Además no querrán pasar frío esperando, ni tener que viajar hasta algún lugar perdido. Para todos estos espectadores está la
cámara en directo del centro
Aurora Sky Station. Ponen una foto cada 15 minutos, lo suficiente para hacerse una buena idea de lo que pasa en Abisko, en el norte de Suecia, al sur de Tromsø.