Adviento --- 03.12.2008 El domingo pasado dio comienzo el periodo de Adviento, ese periodo de preparación antes del nacimiento del niño Jesús. Es el momento en el que "oficialmente" comienzan los preparativos de la Navidad. Está claro que cada año empiezan antes, tanto en España como en Noruega. A mi ya me llegó en octubre una carta de una casa aseguradora con una postal navideña diciendo "sea el primero en felicitar a los amigos". Por no saber esperar han perdido un posible cliente. Ahora toca la época de los villancicos, las galletas y los mercaditos navideños. El otro día pasé por delante del ayuntamiento de Oslo, justo al lado de Aker brygge, y vi que ya está montado el mercadito de Navidad. Es época también de patinar sobre hielo. En la plaza de Wergeland lo que antes era una fuente ahora se ha convertido en una pista de patinaje muy muy céntrica. Miles de tenues lucecitas invaden la ciudad dándole alegría durante las largas noches de diciembre. También empiezan a aparecer ábetos por aquí y por allá... y es que Oslo se viste poquito a poco "de Navidad".
El cambio de estación --- 11.10.2008 Estaba claro que no estábamos en verano. Hace tiempo que el tiempo de verano decidió abandonar Oslo. No obstante, el tiempo otoñal tampoco terminaba de llegar. La tierra ha seguido, por supuesto, con su camino por el espacio y con todossusrmovimientos... uno de los cuales nos ha traído, por fin, el otoño.
Fuertes contrastes entre los oscuros verdes de las hojas que se resisten a cambiar de color y los rojos de las hojas a punto de caer, pasando por varias tonalidades intermedias de amarillos y narajas. La verdad es que no hay mucho que contar, esto hay que verlo :-) Si os encontráis cerca de Oslo, no perdáis la oportunidad de salir por los bosques de "Oslo marka", merece la pena.
El octavo pasajero --- 04.09.2008 Por fin se divisaba el puerto de Oslo. Aquello parecía el final de un viaje más. El barco había salido de Lisboa unos días antes cargado, como en varios viajes anteriores, con contenedores de frutas y verduras procedentes de España. No obstante, en alguna hoja de alguna verdura viajaban algunos polizones... Así fue como se introdujo en Noruega lo se ha llegado a conocer como den spanske sneglen, la babosa/caracol española (en noruego ambos significados usan el mismo significante). Básicamente esto es lo que debió de pasar hace ahora unos 5 años, contado de una manera más emocionante aunque sin dejar de ser fiel al hilo argumental original. Así que hoy en día las zonas de Akershus más cercanas a Oslo están plagadas de babosas. Estos bichos se esconden del calor solar y aparecen los días de lluvia. Suelen ser de color marrón o negro aunque también las hay de color amarillo. Hay veces que hay tantas por la calle que es imposible no pisarlos. La babosa está declarada proscrita en Akershus, pero no he conseguido enterarme de lo que hay que hacer al encontrarse una... detrás de otra. Supongo que habrá que mandarlas al otro barrio, pero aquí surge la duda: ¿Cuál es la manera más "humana" de hacerlo? Creo que se trata de matar al animal de forma que sufra lo menos posible. Yo he visto varios métodos, cada uno con sus ventajas y sus inconvenientes.
Pisarlas sin más. Es lo que se hace cuando las pisas sin darte cuenta.
Pisarlas y espachurrar los restos. Esto es para asegurarse de que el bicho muere.
Partirlas. Con un cuchillo, una piedra o un palo de golf.
Tirar sal encima y ver cómo se deshacen "en su salsa".
Supongo que el método 4 es el más cruel porque el bicho muerte entre insufribles dolores mientras se le quema la mucosa de la piel. Tiene como ventaja que no hay que tocarlo de ninguna manera. Los otros métodos, sin embargo son más rápidos. Yo normalmente suelo decantarme por el número 2. Se termina con la vida del animal en unos pocos segundos. Hay que tener cuidado y mirar dónde se pisa al andar porque si uno pisa una babosa grande sin darse cuenta puede resbalar y caerse. Al ser una especie introducida artificialmente, la babosa carece de depredadores naturales. Además son animales muy voraces, por lo que las ya de por sí escasas zonas de cultivos corren serio peligro.