Frío, frío, frío --- 15.01.2010 Estas tres últimas semanas han sido muy frías en Noruega. El frío ha sido tema constante de conversación y aunque se hansuperadovariosrecords, aún hay que dar gracias porque podría haber sido mucho peor. Haber tenido -11ºC de máxima durante una semana ha sido... frío :-) Parece que las temperaturas están subiendo ahora y ya se puede hacer "vida normal".
Cuando hace tanto frío, yo diría que a partir de -20ºC, la vida cotidiana cambia radicalmente ya que todo se congela: los motores de los coches, la gasolina, la carretera, la ropa que llevas puesta, los pelillos de la nariz, y lo que es peor: las tuberías de las casas. Hay que hacer lo imposible para evitar esto o prepararse para sufrir. A veces incluso se congela la calefacción. Pronto contaré cómo me las arreglé yo :-S
Pero no todo es malo, hay que saber ver la parte positiva. Para empezar, desciende mucho la criminalidad. Hay nieve para esquiar. Queda también el hermoso legado que este invierno dejará. Aunque para apreciar esto habrá que esperar hasta octubre de 2010. No sería la primera vez, ni será la última, que se da este fenómeno en estas circunstancias.
¿No se entiende? Vamos a ver si lo puedo explicar un poquito mejor. Fuera está oscuro siempre... hace mucho frío... no se puede salir... en casa hay compañía... ¿qué pensáis que hacen los nórdicos?¿leer? jejeje, ya se lee en el transporte público o en las bibliotecas.
Excursión desde la cabaña --- 08.11.2009 Existen registrados 194 picos de más de 2000 metros de altura en Noruega. El pico más alto del país, el llamado Galdhøpiggen, se encuentra a 2469 metros sobre el nivel del mar. Noruega no es, por decirlo así, un país de altas cimas. Aunque los contrastes entre una cima y el nivel del mar y/o sus acantilados crean paisajes espectaculares.
Esta es la historia de cómo no llegué a coronar uno de esos picos. El objetivo en cuestión era el pico Storsmeden situado, como ya sabemos, en el parque nacional de Rondane, cerca de la cabaña Rondvassbu.
La excursión tuvo lugar en los primeros días del mes de octubre. En la mayor parte del país era otoño, hasta aquí todo normal, pero la montaña parece que se salte la primavera y el otoño, pasando en este caso del "verano" directamente al invierno. El viernes de la llegada el terreno estaba ligeramente manchado con nieve. El sábado ya era un palmo de nieve lo que cubría el camino. Cuando se sale a la montaña hay que estar preparado para todo, sin olvidar la regla de oro: no sudar. Hay que evitar a toda costa la pérdida de calor y el contacto directo con la nieve. Esto se traduce en: dos pares de calcetines, pantalón de interior, los pantalones de hacer esquí de fondo, camiseta interior larga de esquí de fondo, jersey polar, braga al cuello, impermeable cortavientos, gorro, guantes normales y las botas... vamos, lo básico para aguantar -10ºC sin problemas. Era una excursión del día, no de "hytte a hytte", así que uno se puede ahorrar el peso de la mochila.
A la hora de comenzar la excursión el termómetro marcaba -2ºC, hacía algo de viento. Rondvassbu se encuentra a unos 1200 metros de altura, así que no es extraño que haga un temperatura tan baja en octubre. Después de 2 horas y media de camino la temperatura rondaría los -8ºC. ¿Cómo puedo saberlo?
Por la nieve. La forma y el tamaño de los copos, así como la manera que tienen de agruparse son indicadores de la temperatura. También se puede saber si el frío ha llegado poco a poco o "de repente". Lo que hace algunos días fue un arroyo, en ese momento era un torrente helado. El agua estaba helada "en movimiento", algo que ocurre cuando la temperatura baja muy bruscamente en un intervalo de tiempo muy breve.
Cerca del arroyo congelado que aparece en la foto de arriba hicimos una breve parada para beber algo de agua. Saqué la botellita de agua de mi bolsillo, pero no pude beber... ¡el agua se había congelado dentro de la botella!
En ese momento comprendí la utilidad de llevar encima un termo con agua caliente o algún tipo de infusión. Lección aprendida para la próxima vez :-)
Conforme fuimos ascendiendo la brisa fue transformándose en viento y el viento en tomerta. La fuerza del viento era espectacular, por supuesto hacía mucho frío. La fuerza del viento (arrastraba piedrecitas de hielo) hacía muy incómodo seguir adelante. Mis compañeros de excursión estimaron la temperatura en -15ºC. A unos 250m de la cima tomamos la decisión de volver. No valía la pena arriesgar, ni siquiera habría una vista decente en la cima. Esto es lo último que pude grabar con la cámara antes de que se congelara en mi mano:
El descenso "a casa" se hizo muy agradable una vez bajamos de los 1800 metros de altitud. La tormenta estaba en la otra cara de la montaña, había mucha más visibilidad y no hacía viento. Finalmente llegamos a Rondvassbu después de 6 horas de excursión. ¡ah! que nadie sufra... la cámara está bien.
Fra hytte til hytte --- 22.10.2009 Esta clase de escapaditas, de cabaña a cabaña, es un clásico entre los clásicos dentro del mundo de las excursiones. El planteamiento es muy sencillo. Se trata de hacer una escapada de varios días, generalmente un fin de semana, y pasar las noche en alguna hytte. El recorrido/kilometraje de la excursión se planea en función de las hyttes. No es lo mismo una excursión en verano (luz casi todo el día, aunque puede que llueva) que una excursión en invierno (con días muy cortos, nieve y frío).
En mi caso la excursión fue a Huldreheimen, una cordillera situada en Nord-Fron. Nord-Fron es un sitio precioso, tengo que admitir que tengo cierta preferencia por Oppland en general y su parte noroeste en particular.
Durante un "fra hytte til hytte", no importa cuántas cabañas se visiten durante la excursión, sino el que se pase la noche en ellas. El primer destino fue Storhøliseter (primera noche), una acogedora cabaña situada en la falda de la montaña Storhøpiggen (1443 m). Esta zona ha inspirado muchas poesías en el pasado. Cerca de la cabaña hay sitio para aparcar el coche y dejarlo parado un par de días sin molestar a nadie. Tranquilos, no se lo va a llevar la grúa; aquello está en medio de la nada :-)
Esta excursión la hice a mediados de agosto, SOL abrasador y justo en medio del verano en España pero ya era otoño en la montaña noruega. Principios de otoño, según los colores de las hojas de los árboles. Los colores de las hojas, digo, cuando hay hojas porque casi todo el viaje las únicas plantas con las que me topé fueron unos extraños arbustos que parecen esponjas, por su forma y por su manera de chupar agua.
En todas las excursiones a la montaña hay que intentar llegar a la cima de alguna montaña. La cima de la montaña Nordre Langstua fue la elegida (1553 m). El terreno era muy pedregoso y empinado, así que la ascensión fue algo dura. No obstante mereció la pena, hizo un día muy bueno y obtuve una maravillosa vista como recompensa. La vista desde ese pico es algo especial ya que si uno mira al oeste verá la imponente cordillera de Jotunheimen, si uno mira hacia el norte verá la preciosa sierra Rondane. Veámoslo:
Normalmente al coronar una cima los noruegos toman un ligero tentempié, chocolate, frutos secos, gominolas... cosas así. Esta vez no fue ninguna excepción a la regla. Por cierto, no entiendo la debilidad que sienten los noruegos por las gominolas. Además cuando se les pregunta siempre responden, excusándose, que llevan vitaminas y que son muy sanas (¿?¿?). El descanso suele durar poco porque siempre hace viento en las cimas, se pierde calor y se enfrían los músculos.
La marcha se reanudó poniendo rumbo al noreste, dirección a Storkvelvbu, la cabaña en la que pasaría la segunda noche. Esta primera etapa fueron unos 18 km. Quiero recordar que la vida en estas cabañas es del todo salvaje; ni luz (salvo las velas), ni agua (salvo la que recojas del arroyo), ni ondas de móvil (al campo se va a descansar). Eso sí, hay camas con colchones y colchas. Por motivos de higiene y para no manchar más de lo necesario, es muy conveniente usar un "saco de dormir interior" o lakenpose como se dice en noruego.
La segunda etapa fue desde Storkvelvbu hasta el aparcamiento de Storhøliseter. Unos 13 km de recorrido "arriba y abajo" por las colinas de la zona. Esta parte del trayecto atraviesa un "seter" que se sigue utilizando como seter en la actualidad, o sea, ese lugar en la montaña al que el pastor lleva al rebaño para que pasen el verano/principios de otoño. Eso significa que hay que compartir el camino con caballos, vacas y, de vez en cuando, alguna cabra enfadada.