¡Saltando! --- 08.03.2015 Uno no empieza saltando desde Holmenkollen. Está claro que primero hay que aprender cierta técnica -quiero pensar- y luego la pone uno en práctica. El otro día salí a esquiar por Solemskogen, un lugar al norte de Oslo. Desde allí un destino popular es la cabaña de Lilloseter. El caso es que mis compañeros me propusieron una vuelta circular en lugar de un "ir y volver". Como no conocía el camino acepté. No está de mal enterarse de nuevas rutas.
Al rato llegamos a Linderudkollen hoppsenter, centro de salto de Linderud. No pensé que hubiera nadie hasta que oí el "ploff" característico de un aterrizaje con esquíes anchos - los de salto. Y eso es lo que vi:
Impresiona, ¿eh? Desde abajo quizás no asuste lo suficiente. Lo más llamativo es que los deportistas estaban entre los 9 y los 14 años. Supongo que es la edad adecuada de hacer locuras, antes de que a uno le llegue la razón, jejeje.
Arqueología --- 22.02.2015 Con temperaturas entre +4ºC y +9ºC lo normal es que la nieve se derrita. Aunque todavía estamos en febrero, ya es primavera en Oslo. Los arbustos se empiezan a cubrirse de verde y los pajaritos cantan ya por la mañana.
Estas primaverales temperaturas pronto se extenderán al resto del país, la nieve y el hielo se fundirán. Y cuando los glaciares se derriten, aparecen "cosas" que se perdieron hace tiempo: animales, personas, flechas, zapatos... lo que sea.
Y ese precisamente es el trabajo de los arqueólogos en verano: recoger objetos perdidos... de hace miles de años. Como archivadores del pasado no escrito guardan, estudian y analizan lo que encuentran para luego contárnoslo a los demás.
La prehistoria en Noruega está contada de forma muy vaga. Preferiría que no hubiera deshielo, pero ya que lo hay espero que sirva para aclarar alguna que otra pregunta/misterio.
Nordlys --- 17.11.2014 Uno se pasa el día pensando en que no podrá verla. Que si hay muchas nubes... que si está nevando... siempre parece que todo esté en contra. La verdad es que tenía motivos para estar preocupado, era mi tercer viaje al super-norte y todavía no había podido ver nada de nada.
Se pasa frío por la noche esperando... ¡el que espera, desespera! Y -de repente- allí está. La emoción se apodera del momento y como un niño pequeño no dejo de señalar al cielo :-)
Increible, ¿verdad? Tras la emoción llega la tranquilidad y luego -ya calentito en la cama- un sueño profundo.
