SOL de medianoche --- 12.07.2012 Aunque oficialmente no tenemos 6 meses de día y 6 de noche, se podría decir que en la práctica se puede llegar a percibir de esta manera. Ahora estamos en el verano boreal, lo que significa que los días son largos, por lo que nos encontramos en ese periodo de "6 meses de día".
En la foto superior puede verse la puesta de SOL a las 23:00h de la tarde en el fiordo de Oslo cubierto de nubes. Se puede ver al astro porque volamos a 10.000 metros de altura, desde tierra no se vería ya que la puesta es a eso de las 22:45h.
En el norte de Noruega el día dura... ¡un par de meses! Es el famoso fenómeno denominado SOL de medianoche. Debido a la inclinación del eje de rotación de La Tierra con respecto a la eclíptica, el SOL no se pondrá en el norte. El círculo polar (ártico) es la línea que marca el límite, al norte de esta frontera no se pone el SOL, pero al sur sí.
Pero se pone muy tarde y sale muy pronto, lo que en términos prácticos significa que es de día... todo el día. Como ya dije en su día, los noruegos tienen palabras diferentes para referirse a ambos conceptos de día.
Bosque de Noruega --- 21.06.2012 Lo primero que me viene a la cabeza al nombrar "bosque de Noruega" es... obvio. Por lo menos antes. Parece una simple combinación de palabras, pero el término oculta una pequeña sorpresa.
Resulta que bosque de Noruega es una especie de gato. Para mi es básicamente un gato normal, pero con más pelo y grasa para sobrevivir al invierno escandinavo. Los gatos no me apasionan -ni siquiera nos llevamos bien- por lo que mi conocimiento sobre esta especie es algo limitado. Básicamente dividía los gatos en:
Gato normal. El que tiene toda vecina.
Gato siamés. Los malos en "La dama y el vagabundo".
Gato de coche. El trasto que se usa para cambiar las ruedas del coche.
Ahora que he adquirido este nuevo conocimiento, debo añadir un punto más a esta simplificada clasificación gatuna, aunque no sepa distinguirlo del gato normal.
El nombre de la raza no es exclusivo del español. En inglés, francés, italiano, portugués, finlandés e incluso sueco la raza recibe el mismo nombre. Siendo endémico del norte de Europa, me extraña un poco que se llame únicamente bosque de Noruega, teniendo en cuenta que -por lo visto- es una raza de gatos antigua. Claro que antes se llamaba simplemente skogkatt, es decir, gato de bosque.
Algún miembro del club tuvo la feliz idea -allá por 1923- de crear una carrera de relevos que recorriera toda la ciudad. Unos 18 km repartidos en 15 etapas. La carrera recibió de Holmenkolnstafetten o -como también se la conoce popularmente- "el evento más bonito de la primavera".
Es un acontecimiento realmente increible. Empresas, clubes y peñas de todo el país se dieron cita el sábado para correr alrededor de la ciudad.
Pocas cosas hay en este mundo que me gusten menos que correr, pero no es fácil resistirse a la tentación de participar en algo tan típico como esta carrera. Además el compañero que se encarga del asunto deportivo tuvo problemas para encontrar a 15 voluntarios, así que accedí y participé.
Día inmejorable. Vista de Oslo y su fiordo desde el jardín en el que me colé para recuperarme después del paseito.
A mi tocó la etapa 7, la conocida como klatre-etappen (la etapa de escalar). Comienza en la estación de Slemdal y el testigo se entrega en la estación de Besserud. La etapa comienza con 350 metros planos, luego 400 de "suave" pendiente ascendiente y otros 300 metros planos para coger aliento. A continuación siguen 250 metros de ascensión, 50 metros de descenso imperceptible, 350 metros de horrible y pronunciada subida que terminan -por fin- con 90 metros que voy a describir como "ascenso plano". 1.790 metros de pura diversión, si señor.
Yo tenía pensado llegar a Slemdal en metro, pero debido a la carrera (la línea 1 no pasa bajo tierra por aquellos lares) la línea fue suspendida. Así que tuve que correr desde la parada de metro más cercana (el campus de la universidad) hasta mi posición de salida. O sea que corrí las etapas 4, 5 y 6. A unos 3/4 de terminar la sexta etapa me cogió mi compañero. Corrimos juntos hasta el punto de relevo y desde allí ya continué yo solo.
En la recta final se situaron unas preciosas chicas que animaban con sus chidillos a los corredores. Yo en aquel momento iba con la lengua fuera. Agradecí enormemente sus gritos de apoyo mientras corría. Al entregar el testigo me relajé mirando la bonita panorámica. Es de bien nacido ser agradecido, así que antes de irme fui a dar las gracias a las chicas. Se sonrojaron, sonrieron y siguieron chillando.