¡Al cole con alegría! --- 20.08.2008
Lo que hasta hace un par de semanas era la tranquila y apacible ciudad de Oslo se ha vuelto a convertir en la bulliciosa urbe que es normalmente, por lo menos a la hora de entrar a trabajar. El tren, que se había convertido en mi puntual transporte privado vuelve a hacer de las suyas con retrasos, cancelaciones y abarrotamiento de gente. Y es que el periodo de las vacaciones estivales ha llegado a su fin y toca ir volviendo a la normalidad. anuncio de una conocida libreria
"Al cole con alegría" o "La vuelta al cole" formaban parte del repertorio de eslóganes que una cadena de grandes almacenes utilizaba en España para recordarnos a los niños que las vacaciones habían terminado. ¡Cómo odiaba esas frases! Aquí en Noruega ese momento de empezar el cole ha llegado ya. ¡JA JA JA! Esta semana 14.000 niños comenzarán el colegio. Según las estadísticas unos 5.000 son "primerizos". Eso hace este momento más especial, si cabe. Los niños son un recurso importante en Noruega (futuros pagadores de impuestos...) así que hay que cuidarlos. Se les pone chalecos reflectantes para que los conductores puedan divisarlos mejor. Además hay controles policiales cerca de los colegios para evitar que los conductores con prisa puedan causar una catástrofe.
En realidad muchos de esos niños llevan acudiendo al colegio desde principios de agosto, aunque con otro horario, debido a las actividades de la SFO. SFO son las siglas de "Skole Fritids Ordning", una agrupación que toda escuela posee para la organización de actividades durante el tiempo libre escolar. Dichas actividades van desde clases de repaso hasta excursiones pasando por visitas a museos o eventos deportivos.
Lo más pequeños hace tiempo que comenzaron. Con las guarderías ocurre algo bastante peculiar. Por lo menos a mi me parece peculiar. Juzgad vosotros mismos. Resulta que cuando quieres apuntar a tu retoño a una guardería te dan una fecha de ingreso. A los siguientes padres que solicitan una plaza les dan otra fecha, una semana después. De esta manera los chiquillos no entran todos a la vez, sino a cuentagotas semana tras semana. Pero no se queda ahí la cosa, no. Los padres suelen pasar algunos días, cuántos dependerá del pequeñajo o pequeñaja, en la guardería para que la criatura se aclimate poco a poco a la nueva situación y la experiencia no le resulte traumática. Yo recuerdo mi primer día de guardería, cuando mi padre me dijo que me lo iba a pasar muy bien aprendiendo cosas nuevas y jugando todos los amiguitos que iba a hacer. Acto seguido me "abandonó" en brazos de una desconocida... y para no desentonar con mis compañeros me puse a llorar. Pero así es como te haces un hombre :-P ¡Hay que ver cuánto tiempo ha pasado desde entonces! Lo mejor es que todavía mantengo el contacto con amigos que conocí allí. Eso sí que son amigos "de toda la vida", ¿verdad?

Subir