Una noche en la ópera --- 01.05.2008 En realidad no fue una noche, fue un día precioso en la ópera de Oslo. Resulta que tenía que ir a Oslo a comprar algunas cosas y por no esperar el tren decidí coger el autobús. Era sábado y el Sol nos acompañaba. Al terminar mi sesión de compras vi algo que brillaba al fondo de la calle que llamó fuertemente mi atención y como no tenía ninguna prisa decidí ir a mirar qué era aquello.
Evidentemente era el edificio de la ópera de Oslo, "operahuset". Desde la estación "Oslo S" hasta la ópera hay construido un puente que facilita el acceso al lugar y evita que los visitantes tengan que cruzar... la calle (voy a ser simpático) "la autopista" que viene de Estocolmo. El puente ha sido bautizado con el original nombre de "puente de la ópera", operabrua en noruego. La ópera se inauguró el pasado día 12 de abril después de ___ años. Podéis ver el proceso completo en unos tres minutos en la página web de Dagbladet.no. Además de los típicos problemas que debe generar una obra de tal envergadura, los constructores se encontraron con que el blanco y pulcro (y caro. Muy caro) mármol de carrara con el que estaban construyendo se les estaba volviendo de color amarillo... y claro, no quedaba tan bonito. Ignoro cómo se ha resuelto el problema, pero doy fe de que ha podido resolverse, como podéis ver en las fotos sin trucar que vienen en el artículo :-) También puede verse que se trata de un edificio moderno y futurista.... en fin, que se nota mucho que es una ópera El hecho de que se inaugurara hace poco tiempo sumado al hecho de que saliera ese Sol tan estupendo que salió produjo una cantidad de visitantes realmente grande. Costaba caminar por el puente. Y es que salimos todos a la calle, como lagartijas a que el Sol nos bañara con sus rayos. Lo único que no me gustó fueron las "trampas" que hay por todo el complejo. Esas formas triangulares y esos planos de mármol que se cruzan para crear "arte" producen escalones por doquier. Como todo es de color blanco y refleja muy bien la luz del Solse hacen bastante complicados de ver, sobre todo si el Sol está de cara y los escalones no producen sombra. En el rato que estuve por allí los tropiezos, tanto míos como de otros visitantes, fueron constantes. ...pero a ver quién se atreve a decir que lo cambien después de la pasta (4400 millones de coronas) que les ha costado el edificio.