Skredfare --- 03.02.2012
Cuando el hielo no es estable y está amontonado, tiene a deshacerse en piezas. Si además ese hielo inestable está en una pendiente, las piezas mueven otras piezas como en una reacción en cadena. Si todo esto ocurre a gran escala, por ejemplo en una montaña, tenemos lo que se llama una avalancha.



Gente con suerte, la cosa podría haber acabado de muy mala manera para ambos esquiadores.

Esa inestabilidad se produce -entre otros factores- por la cantidad de hielo y la temperatura. Las avalanchas son más probables al principio y al final del invierno, cuando las temperaturas oscilan entre los grados positivos y negativos. Las reglas de prevención de avalanchas se repiten una y otra vez. Entre otras reglas, están las siguientes:
  • Evitar zonas con más de 30º de inclinación.
  • Evitar las zonas al abrigo del viento, suele haber sobre-acumulación de nieve.
  • No ir nunca solo.
  • Circular en fila india y a buena distancia de los compañeros, así se evita sobrecargar la masa de nieve.
  • Caminar por las cimas o dorsales de las montañas, ya que en esa zona es probable que el viento se haya llevado la nieve.
Consejos más evidentes son estar pendiente del tiempo, mirar las predicciones de avalancha, preguntar a los locales y seguir sus consejos.
Para evitar las avalanchas más grandes, los servicios de protección civil suelen provocar bajo condiciones muy controladas pequeñas avalanchas para aligerar la carga de nieve en zonas problemáticas de la montaña.
Skredfare -el título de este artículo- significa "peligro de avalancha".

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