Fauna casera --- 13.11.2007
Como ya comenté en este artículo, "el otro día" fue día de limpieza general en casa. También dije que tiramos a ciertos "inquilinos" de casa... al jardín. Pues bien, hoy les voy a dedicar a dichas inquilinas, Brunilda y Freya, este comentario.

Presentaré pues a la primera protagonista de la historia:
Brunilda: la aranya que vivía en casaSiempre digo y no me cansaré de decir que tener arañas en casa es bueno. Son bichos limpios, no suelen tener parásitos y además se comen a los posibles mosquitos que puedan entrar en casa por alguna ventana. El problema está cuando las arañas empiezan a crecer, quieren más independencia, cogen más trozo de armario y encima ponen la tele alta mientras yo estoy duermiendo la siesta :-P
En la foto aparece Brunilda en su nuevo habitat: la puerta de casa. El problema de Brunilda era que quería más sitio en el armario del cuarto trastero... y ya está el espacio del trastero lo bastante ajustado como para que nadie se amplie "la casa". Entonces empezó a dar paseos por la casa. Y claro, las visitas se asuntan. Alguna vez la he tenido que salvar de ser pisada. Se que ella estaba en la casa antes que yo, pero en esas condiciones no podía quedarse. Igual en verano dejo que entre otra vez.

Después de Brunilda le tocó el turno a Freya. A diferencia de Brunilda, Freya NO pasa desapercibida. Brunilda mide unos tres centímetros y si nadie se entera de que está ahí ni gritan ni nada. Freya... Freya... Freya es grande:
Freya, mi otra arañaEs más callada que Brunilda, pero es que se la ve a kilómetros. Freya vivía en la entrada, en la pared donde se apoya la bicicleta. Sacar la bici implicaba tener que romper parte de la tela. Ignoro cómo llegó Freya a casa, ya que no estaba cuando entré yo. Como decía, Freya usaba parte de la bici como sistema de sujeción de la tela y yo no estaba de acuerdo. Al final convinimos que lo mejor era que se independizara, que fuera a ver "otros mundos".

Freya estuvo fuera dos semanas, ni más ni menos. A las dos semanas estaba en la pared de la puerta con Brunilda como vecina. Un muy buen sitio ya que sobre la puerta hay una lamparita de luz para poder ver de noche y esa lamparita atrae a innumerables bichos que son la alimentación de mis queridas Freya y Brunilda.
el almuerzoEl mosquito de la foto tampoco pasa desapercibido porque mide unos 5 centímetros, si bien no es de los más grandes que tenemos por la zona.
Aquí hay un montón y por eso es necesario que mis dos arañitas hagan su trabajo, para que no me entren en casa. Seguro que este suculento mosquito acaba en manos de Freya o Brunilda... ¿o acaso pensabáis que las iba a dejar morir de hambre en el jardín?

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