Subidas y bajadas --- 09.08.2010Después de pasar la noche en Gjendebu, continuamos nuestro camino. Íbamos por un bonito camino bordeando el lago, agua a la derecha y bosque a la izquierda. En unos 20 minutos esta parte termina y empieza la siguiente.
El tramo de camino que íbamos a comenzar recibe el nombre de
Bukkelægret y es, sin lugar a duda uno de los más empinados -y peligrosos- del viaje. En apenas 500 metros de recorrido el excursionista debe ascender casi 500 metros. Básicamente se asciende casi un metro de altura por cada metro caminado. Podéis ver el pérfil de la etapa
en este enlace.
En alguna ocasión es necesario escalar una pared. Para ayudar, hay cadenas dispuestas. A pesar de la ayuda, es importante concentrarse y no bajar la guardia ya que aquí un error te
puede costar la vida (apenas unos días después de nuestro paso por la zona, un hombre perdió la vida al resbalar en la zona más empinada).
Una vez superado Bukkelægret, es necesaria una pausa para recobrar el aliento y disfrutar de la maravillosa vista que tanto esfuerzo ha costado.
Después del merecido descanso, a unos 1500 metros de altitud, seguimos nuestro camino. Ahora toca la parte fácil de la jornada, camino "normal" de montaña, sin demasiadas subidas ni bajadas. Al sur, se encuentra siempre el lago de
Gjede, con sus imponentes 18 km de longitud. En todo momento son visibles los picos nevados de las montañas, los glaciares descongelándose y los largos torrentes y cataratas que este deshielo provoca. En función del viento los saltos de agua se escucharán más o menos. En algunos momentos, simplemente, no se escuchada nada. Sólo el silencio.
El descenso comienza cuando se han recorrido 2/3 de la etapa. Un pliege en la tierra con perfil caprichoso forma la pequeña cordillera en cuyos pies se encuentra la cabaña de
Memurubu.
El tramo final de descenso es también muy pronunciado, aunque no tan exagerado como Bukkelægret. Aún así, está claro que la etapa del día ha torturado nuestras rodillas, aunque ha recompensado a los ojos con exquisitas vistas y al espíritu con calma y paz. Si el viajero es capaz de llegar a
Memurubu antes de las 19:00h, su estómago también se verá recompensado con algún típico plato autóctono.
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