El octavo pasajero --- 04.09.2008
Por fin se divisaba el puerto de Oslo. Aquello parecía el final de un viaje más. El barco había salido de Lisboa unos días antes cargado, como en varios viajes anteriores, con contenedores de frutas y verduras procedentes de España. No obstante, en alguna hoja de alguna verdura viajaban algunos polizones...
Así fue como se introdujo en Noruega lo se ha llegado a conocer como den spanske sneglen, la babosa/caracol española (en noruego ambos significados usan el mismo significante). Básicamente esto es lo que debió de pasar hace ahora unos 5 años, contado de una manera más emocionante aunque sin dejar de ser fiel al hilo argumental original. 
babosaAsí que hoy en día las zonas de Akershus más cercanas a Oslo están plagadas de babosas. Estos bichos se esconden del calor solar y aparecen los días de lluvia. Suelen ser de color marrón o negro aunque también las hay de color amarillo. Hay veces que hay tantas por la calle que es imposible no pisarlos. La babosa está declarada proscrita en Akershus, pero no he conseguido enterarme de lo que hay que hacer al encontrarse una... detrás de otra. Supongo que habrá que mandarlas al otro barrio, pero aquí surge la duda: ¿Cuál es la manera más "humana" de hacerlo? Creo que se trata de matar al animal de forma que sufra lo menos posible. Yo he visto varios métodos, cada uno con sus ventajas y sus inconvenientes.
  1. Pisarlas sin más. Es lo que se hace cuando las pisas sin darte cuenta.
  2. Pisarlas y espachurrar los restos. Esto es para asegurarse de que el bicho muere.
  3. Partirlas. Con un cuchillo, una piedra o un palo de golf.
  4. Tirar sal encima y ver cómo se deshacen "en su salsa".
Supongo que el método 4 es el más cruel porque el bicho muerte entre insufribles dolores mientras se le quema la mucosa de la piel. Tiene como ventaja que no hay que tocarlo de ninguna manera. Los otros métodos, sin embargo son más rápidos. Yo normalmente suelo decantarme por el número 2. Se termina con la vida del animal en unos pocos segundos. Hay que tener cuidado y mirar dónde se pisa al andar porque si uno pisa una babosa grande sin darse cuenta puede resbalar y caerse.
Al ser una especie introducida artificialmente, la babosa carece de depredadores naturales. Además son animales muy voraces, por lo que las ya de por sí escasas zonas de cultivos corren serio peligro.

Subir