Un titular acertado --- 28.08.2017
Desconozco si siguen de cerca el tema o si ha sido por casualidad, pero el caso es que "El Mundo Today" acertó con su artículo:
"Largo de aquí" será el nuevo lema turístico de los países nórdicos.
Me reí mucho con el artículo por su tono, por ser un tema actual y porque algunas de las supuestas frases citadas de noruegos las he oido yo en tertulias.

Noruega no vive del turismo. No importa que haya algún que otro turista, siempre y cuando se cumplan las siguientes condiciones:
  • No molesten.
  • Dejen dinero.
Y esto no siempre se cumple. Como decíamos ayer, los turistas se saltan las recomendaciones de seguridad y luego hay que rescatarlos. Ocurre en Preikestolen de vez en cuando y en Lofoten -último sitio de moda- cada dos por tres. Esto molesta.

También molesta a la población local que se formen colas en las carreteras o en los ferrys. Y esto es lo que ocurre cuando una carretera local que une algunos pueblos con varios cientos de habitantes sufre una avalancha estival de 1 millón de turistas.

Turistas acampados en Utakleiv, Lofoten
Turistas acampados en Utakleiv, Lofoten

Muchos turistas saben que la vida en Noruega es cara, por lo que vienen cargados en sus autocaravanas con absolutamente todo lo que van a consumir durante su estancia. No gastan dinero ni en camping, pues pernoctan en ensanchamientos de la carretera o en pequeñas áreas de descanso pensadas como miradores.

Y lo peor de todo, lo que más molesta a mucha gente, es que se genera basura y hay que contratar a alguien para que la recoja y eso cuesta dinero.

Faltan infraestructuras -carreteras. hoteles, restaurantes, supermercados- que cuestan mucho de construir, de mantener y que no se mantienen con el dinero que dejan los turistas. Se está discutiendo mucho a nivel nacional y regional sobre la posible implantación de un impuesto a los turistas.

Los noruegos por su parte tienen la suerte -o la desgracia- de que su país, su producto turístico se vende solo. Pero ahora hace falta una política de turismo a nivel nacional.

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El final del verano --- 08.08.2017
A mediados del mes de julio iba yo paseando por el barrio de Grønland cuando un cartel en la puerta de una tienda llamó mi atención:
Cerrado durante todo el verano, volveremos el 1 de agosto.
Debo reconocer que me costó un poco pillarlo... porque agosto aquí ya no se considera verano, sino el principio del otoño porque todo el mundo vuelve de sus vacaciones y poco a poco comienzan los colegios. Llamémoslo "otoño político".

Astronómica- y climatológicamente estamos todavía en verano. Hace "calor" -estamos 18ºC- llueve, hay tormentas y se va la luz de vez en cuando por culpa de algún rayo (ayer mismo). En la última semana de agosto bajarán las temperaturas, el aire se volverá frío y podremos hablar de un suave principio de otoño.

Muchos turistas vienen aquí en verano con la intención de conseguir la famosa foto en Preikestolen y al llegar a Stavanger se encuentran con la prohibición de las autoridades. Eso es lo que está ocurriendo estos días, por la gran cantidad de agua que está cayendo y que caerá en los próximos días.

Siempre hay algún turista más listo que nadie que se salta la prohibición. Y evidentemente son siempre sujetos que desconocen cómo es la montaña y que están en (muy) baja forma física, por lo que hay que ir a rescatarlos.
Su egoismo hace flaco favor al resto y provoca un aumento de los partidarios de limitar el acceso a la zona y de cobrar por la visita.

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Muchas razones para no olvidar --- 22.07.2017
Los periódicos aquí en el norte son relativamente amarillos, es decir, sensacionalistas. Eso significa que tienen la tendencia a exagerar cosas o a informar de cosas que -en realidad- no son importantes.

Hoy se cumplen 6 años del atentado. Y mucho me temo que los medios no resistirán la tentación de hablar sobre el asesino. Lo que hace en la cárcel y lo que deja de hacer. Dan de comer al trol, le dan vida haciendole saber que se habla de él. Supongo que los medios también hablarán del monumento a las víctimas sobre el cual hay poco acuerdo.

Me incomoda pensar que se olvidarán temas más importantes. Por ejemplo, los protocolos policiales. Si se diera un nuevo caso, ¿volvería la policía a ignorar las llamadas telefónicas de las víctimas mientras son acribilladas por un asesino?
También me gustaría que apareciera algo sobre el odio y las consecuencias que puede llegar a tener. Odio a las personas de fuera que algunos partidos o ideologías promueven.

La pena que se siente al perder un ser querido nunca se termina de ir. Pero quiero terminar con un pensamiento positivo para las familias de las víctimas: las ideas del asesino no han calado en la población. A diferencias de otros paises de Europa, Noruega sigue siendo un país culturalmente abierto. Y por muchos años.

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